Kant identificó la existencia de dos tipos de causalidad antinómicos, puesto que se producían en los organismos vivos. De una parte, se podía apreciar la existencia de una causalidad descendente que procede de la unidad o el "todo" constituido por los organismos:. Estos no son simples máquinas regidas por fuerzas motrices que funcionan en orden a un fin establecido por un agente externo . De otra parte, se aprecia una causalidad que va de las partes hacia el todo, es decir, de lo más material a lo inmaterial. Porque si es verdad que lo que le afecta a un miembro produce efectos en el resto, también es cierto que los organismos pueden autoorganizarse.