La RAE define la intimidad con dos acepciones: 1. Amistad íntima. 2. Zona espiritual íntima y reservada de una persona o de un grupo, especialmente de una familia.
En la primera acepción se vincula el concepto con un amor interpersonal en el que la realidad interior es compartida por los que son amigos.
En la segunda, se aprecia la dimensión comunitaria de la intimidad.
En todo caso, la intimidad es siempre autobiográfica puesto que no nace de la sociedad sino de la humanidad presente en cada persona y al hacerse autoconsciente puede ser compartida con los demás. No es susceptible de ser conceptualizada con un enfoque funcional. La intimidad requiere de una conceptualización personal en el caso de las narrativas autobiográficas y familiar cuando se trata de narrativas de comunión. La intimidad familiar es el fruto del amor encarnado de las personas.
El modelo narrativo autobiográfico se fundamenta en el paradigma de atingencia y en los principios de la natalidad y de la conyugalidad, que son las fuentes del ordenamiento del Derecho de familia. Para enfocar la naturaleza de los conflictos familiares es imprescindible identificar si nos encontramos ante una familia o no. El análisis de las narrativas autobiográficas es fundamental para proceder a esa identificación.