La ambivalencia es la condición de ambivalente, es decir, de aquello que presenta dos interpretaciones o dos valores, frecuentemente opuestos.
Este concepto es fundamental en la teoría narrativa puesto que a diferencia de lo que sucede en enfoques científicos basados en la objetividad y en la necesidad de poder realizar juicios determinantes, las palabras mediante las que las personas se empalabran a sí mismas o empalabran el mundo pueden ser ambivalentes o plurivalentes dependiendo del contexto, de los criterios de realidad y de los tipos de narrativa que emplea el relator o narrador autobiográfico.
La ambivalencia es objetiva, es decir, se distingue claramente de la ambigüedad, que presenta un carácter más subjetivo en la medida en que se refiere a un lenguaje confuso o una persona poco clara.
Ejemplo paradigmático de la ambivalencia de un concepto es el conflicto. En sí mismo, no es ni positivo ni negativo. La ambivalencia no puede resolverse desde un espectador externo, sino únicamente desde las personas que están implicadas en el conflicto.