Desde un punto de vista narrativo formal, se entiende por narrativa de conflicto aquella construida sobre la deslegitimación y la negación de la natalidad de los demás sujetos implicados en el relato, de forma que sólo el relator construye la realidad a partir únicamente de sus percepciones.
Es importante subrayar que se trata de una definiciónn formal y no sustantiva, puesto que en el plano de la realidad el narrador puede ser una víctima a la que sólo le queda la baza de denunciar la violencia de la que está siendo objeto. En todo caso, la violencia es la protagonista del conflicto, ya sea porque es el narrador quien la comete al negar la voz y la acción a los demás, ya sea porque es víctima real de la violencia de ellos.
Esta noción es importante porque la narrativa de conflicto es la única que es siempre negativa desde el punto de vista narrativo, al poner en primer plano la violencia que es contraria a toda comunión de personas.