Toda investigación que tenga por objeto tanto la familia -en cuanto unidad de análisis- como la vida familiar de sus miembros requiere un enfoque holístico, es decir, que tenga en consideración el principio sistémico por excelencia: "el todo es mayor que la suma de las partes".
Los análisis narrativos requieren por tanto un enfoque holístico que tenga en cuenta la unidad familiar como un todo y también a todos los miembros que la integran. La información proporcionada por los usuarios de los servicios es necesariamente sesgada, lo cual no les priva de valor científico desde el punto de vista narrativo, pero se lo privaría en el caso de que esa "parte" se tomara como el todo y se sacaran consecuencias a partir de ella en el plano objetivo social o se permitiera que fueran dadas por verdaderas las afirmaciones o negaciones de los usarios acerca del resto de la familia.
La modernidad se caracterizó por exigir a los científicos metodologías que pudieran conseguir un conocimiento cierto y no meras suposiciones. Esta necesidad de certeza dividió a los científicos entre los que buscan la certeza en los datos objetivos - hechos o conductas observables- y aquellos que privilegian el conocimiento de los fenómenos subjetivos sobre los que es la persona quien adquiere la certeza, aunque no pueda demostrarla. Son los tres dominios de la verdad (Wilber, 2005).
Los enfoques funcionales son aquellos que tienen por objeto el conocimiento de la sociedad.
En el ámbito jurídico este planteamiento ha supuesto que se dé la prevalencia casi absoluta a los aspectos objetivos y cuantificables que pueden ser tomados en consideración por las normas jurídicas y también demostrados en los foros judiciales.
En las ciencias sociales han predominado también enfoques funcionales, desde al Antropología, la Psicología, la Sociología.
Aunque existan en la actualidad muchas nociones de familia, todavía existen planteamientos funcionales como los que distinguen a las familias por su funcionalidad, por su composición o por su desestructuración.
A la hora de comprender la familia como personas que comparten una intimidad personal de origen los enfoques funcionales sólo pueden ser complementarios, pero no exclusivos para investigar a las familias. Si se hiciera así se incurriría en planteamientos sesgados o desenfocados. En realidad, la investigación con las familias debería ser condición necesaria para llevar a cabo investigaciones sobre la unidad familiar.
Mientras el bienestar de las sociedades se medía con criterios económicos, Nussbaum y Sen propusieron un enfoque centrado en las capacidades de las personas. En lugar de fijarse en el conjunto de la sociedad, la mirada se centró en las personas singulares pero no sólo como individuos de un organismo social sino como sujetos de derechos y con capacidades que reciben de los contextos en los que se desarrollan sus vidas. Este cambio de enfoque forma parte del llamado giro narrativo, puesto que para conocer en cada caso concreto cuáles son las necesidades de las personas o de las familias hay que preguntárselo a ellas. El enfoque de capacidades, por tanto, lleva consigo la exigencia de una conceptualización subjetiva.
Desde el punto de vista narrativo, el enfoque de derechos puede coincidir parcialmente con el enfoque de capacidades, puesto que los derechos humanos son una capacidad reconocida por las Declaraciones de Derechos Humanos. Por ejemplo, el enfoque de derechos y el de capacidades confluyen en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” (Organización Naciones Unidas, 2006). que el Estado español firmó en el año 2007, comprometiéndose a realizar las reformas necesarias en su ordenamiento jurídico. Este proceso reformador culminó con la Ley 8/2021, de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y procesal para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica.
Si en el caso de los derechos humanos, ambos enfoque se potencian mutuamente, no sucede lo mismo cuando se trata de derechos individuales de reciente creación. Asi sucede con los derechos reproductivos con cuyo reconocimiento se desea satisfacer los deseos reproductivos de las personas pero que plantean numerosos problemas éticos y requieren una mayor profundización a partir del enfoque sistémico y holístico del ordenamiento narrativo familiar. Piénsese, por ejemplo, en los casos de la maternidad subrogada.
Muy relacionado con el enfoque de capacidades, una de las teorías sistémicas que mayor impacto ha tenido en el ámbito de las ciencias sociales ha sido el enfoque sistémico del modelo ecológico del desarrollo humano (Brofenbrenner 1987). Lejos de ver al individuo de forma aislada, este enfoque sitúa a las personas -ya desde el nacimiento- en el centro de la atención, de forma que se contempla cada microsistema en recíproca interdependencia.
Estos dos enfoques han tenido un gran influjo en los nuevos modelos teóricos relativos a la salud: por ejemplo, el modelo centrado en la familia ha sustituido al modelo médico rehabilitador. La familia cobra ahora un papel protagónico en todo cuanto se refiere al desarrollo íntegro de los menores; el modelo de Calidad de Vida Familiar (CdvF) se construyó desde enfoques funcionales, sin embargo Zuna et al. (2010) definieron este concepto a partir de un enfoque que supone una conceptualización subjetiva: “sentido dinámico de bienestar de la familia, colectiva y subjetivamente definido e informado por sus miembros, en el que interactúan las necesidades individuales y familiares" (p. 262). Aunque el modelo de CdVF mira al resultado final del constructo, la definición en cambio no se refiere a él, sino al origen autodefinido de los miembros de la familia, es decir, supone el papel protagónico de la familia.
Otro modelo del ámbito de la psicología de las relaciones familiares es el llamado modelo simbólico relacional (Scabini e Iafrate, 2019), que guarda paralelismos importantes con la teoría de Donati (2005) sobre la familia como generadora de relaciones.
Si el enfoque holístico mira el todo que está presente en cada uno de los subsistemas familiares, el enfoque sistémico se fija en los dinamismos entre ellos.