El amor de enamoramiento ha sido tradicionalmente entendido como un afecto psicológico, es decir, como un amor pasivo en el que el amante siente una profunda e intensa atracción hacia la persona amada, deseando compartir la intimidad con ella. En la cultura griega, este amor se conocía como eros, descrito por Platón en el mito del andrógino como una locura divina en la que el hombre y la mujer deseaban recuperar la unidad perdida. En la actualidad, es comprendido como un estado emocional intenso, que se caracteriza por la liberación de ciertos neurotransmisores y hormonas (como la dopamina y la oxitocina), que producen sensaciones placenteras y eufóricas.
El enamoramiento es la dimensión afectiva del amor, su expresión más característica y por eso es tan fácil confundirla con el amor conyugal.